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El deporte y la formación integral
Profesor Octavio Alarcón U.
Santiago de Chile, Octubre de 2011
Para efectos didácticos me referiré al concepto “deporte” como una palabra que está inserta en la motricidad humana donde una de sus formas de expresión entre otras, es el deporte.
Para referirnos al desarrollo humano y el tipo de sociedad que queremos construir debemos adentrarnos en conceptos que integran y vinculan el fenómeno deportivo como un “bien superior de la humanidad” y que ha estado presente siempre en nuestra cultura global, bajo diversos contextos.
Relación: Cuerpo- mente- espíritu, donde el movimiento intencionado es la resultante de un proceso intelectual de orígenes ontogénico y filogénico del ser humano tanto desde sus primeros procesos evolutivos hasta convertirlo en “homo sapiens –sapiens” (post- moderno), así también desde su proceso de gestación como embrión hasta convertirse en adulto y anciano, y morir (parte natural del proceso). O desde un sistema de pensamiento desde lo más concreto a lo más abstracto.
Cito dos películas que pueden ayudar a entender este último concepto:
“2001 Odisea en el espacio” – “La guerra del fuego”
Del cazador recolector al hombre contemporáneo.
En este escenario actual, hombre contemporáneo, vemos como las tendencias políticas y económicas priman por sobre el bienestar del ser humano.
Donde una persona es parte de una cadena productiva, que puede ser remplazada cuando falla en beneficio de la organización y no del bienestar humano directo.
Reconocer que el ser humano y las sociedades en diferentes momentos de madures están en crisis no es ningún descubrimiento, lo importante es identificar ¿qué tipo de sociedad queremos para el futuro? y ¿cómo estamos intencionando y construyendo ese futuro?.
Cuando los referentes políticos, espirituales, deportivos (COI – FIFA), se encuentran en procesos de cuestionamiento y los referentes o pilares de las sociedades entran en conflicto (familia), lo que se produce es una crisis de sentido y esa crisis de sentido comienza a acumular tensión social- crisis valórica.
La educación es una vía de escape a esa tensión, puesto que permite que las personas generen abstracciones y análisis, desde su perspectiva personal (psicomotriz), desde su propio cuerpo en relación con otros (sociomotriz).
Cuando nos referimos al concepto integral y en el contexto educacional nos queremos hacer cargo de tan amplio concepto, debemos estar consientes que nos hacemos cargo de las virtudes y carencias que este ser humano posee y que nos comprometemos a mejorar.
La experiencia del modelo de Educación Basado en Competencias, es tal vez la metodología que más se acerca al proceso de formación integral, puesto que se hace cargo de los contenidos, procedimientos y de las actitudes (afectivo, valórico, interpersonal), reconociéndolos como parte del proceso formativo, declarado en los curriculum y con ponderación en la evaluación.
Quisiera ejemplificar con un caso:
Un niño de III año de educación básica, es bueno para las matemáticas y se saca buenas notas, pero este niño ha robado la calculadora de su compañero.
El estudiante en base a lo declarado puede pasar de curso puesto que lo que se mide es el contenido adquirido y no su comportamiento ¿existe algún colegio donde un niño que roba repruebe el año escolar?, sin duda la respuesta es muy clara, no reprueba, puede que tenga otras sanciones, puesto que lo comprometido en el programa de estudios es que el niño aprenda contenidos y la parte formativa le corresponde a la familia, al departamento de orientación y otros actores.
Educar integralmente es hacernos cargo de los conocimientos, procedimientos y actitudes. Y premiar o sancionar (educar) con los mismos estándares, de lo contrario siempre estaremos enviando una señal de que existen aspectos del desarrollo integral más importantes que otros.
En este escenario la motricidad humana y sus formas de representación como son la actividad física, las artes, el deporte entre otros, son en esencia formadores por competencias.
Lo que facilita la acción pedagógica por medio de actividades como las deportivas, los juegos y la actividad física.
Aquí podemos hacernos cargo con mayor certeza de la persona humana, lo más importante y objeto de nuestro quehacer, desarrollando competencias, valores, intencionandolos hacia el objetivo final que es formar personas felices y buenas personas, que reconozcan en su cuerpo su espacio personal, el respeto por esta unidad que interactúa con otros en sociedad, y que cada uno de quienes han sido “tocados” por esta forma de trabajo se trasformen en testimonios para otros, como modelos y mentores, tarea no menor, pero si analizamos cual es la misión que entrega Benedicto XVI a los jóvenes en el encuentro mundial en España – agosto de 2011, es “ser santos y dar testimonio de su fe por medio de su actuar”, lo que se espera de ellos es un desafío alto, que exige formar a los jóvenes para lograr estas altas metas, Benedicto XVI invita a ser “campeones del mundo” desde la perspectiva deportiva, donde muchos lo intentan pero pocos logran la medalla de oro, pero más que alcanzar la medalla de oro, lo que importa es que se trabaje sobre el proceso de los no competentes (que son muchos, los que no obtienen medallas), y estos a su vez son capaces de reconocer estos desafíos y que con tan solo tener la actitud de querer o tratar de ser un campeón mundial, la tendencia del tipo de sociedad que estamos construyendo podría equilibrarse a favor de las virtudes, porque lo que se releva no es solo el resultado, sino que también el proceso.
En el deporte quisiera que ganáramos todos los torneos deportivos, pero no a cualquier precio, así como también quisiéramos que los estudiantes, funcionarios y profesores realizarán actividad física por el valor que esta tiene en sí misma y todos sus beneficios asociados, más que por incentivos temporales como son aprobar los cursos de créditos deportivos para completar la malla, o bajar de peso, ese proceso de concienciación es el que nos corresponde generar para proyectarlos al resto de la sociedad, y dar testimonio de que estamos tratando de hacerlo bien y que deben ser muchos los que nos deben colaborar.
El 80% de sedentarismo nacional, la crisis valórica (fe, familia, delincuencia), la falta de respeto, son indicadores diarios que vemos se vulneran desde nuestro espacio personal que impacta a otros y al contrario, lo que hacen otros nos impacta a nosotros en cualquier lugar de este sistema globalizado.
Hoy debemos formar personas para el planeta, no solo para el país, y el factor conductor debería ser el tema valórico (virtudes humanas), ese debería ser la “moneda de cambio”, (“dólar”- “euro”), pero para que eso suceda debemos hacernos cargo de este tema y el deporte es una vía con mayor potencial que otras.
No solo debemos potenciar y entrenar el intelecto, sino que también el cuerpo, las habilidades blandas, los valores y la fe. Y para cada una de estas dimensiones existen didácticas implícitas o explicitas, lo importante es que al reflexionar sobre su aplicación, tengamos la certeza de estar haciendo acciones que sean en beneficio de las personas y su vida en sociedad.